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Deshazte de los gérmenes que acechan tu baño con estos trucos de limpieza
Desde cómo descalcificar la alcachofa de la ducha hasta la forma más fácil de fregar el inodoro, considera esta tu guía definitiva para la limpieza del baño.
El proceso de limpieza profunda de un baño no es tan complicado como podrías pensar: sigue estos pasos para hacer que cada centímetro de tu baño brille.
Descalcificar el cabezal de la ducha
El cabezal de la ducha puede albergar patógenos relacionados con enfermedades pulmonares.
Empezar por arriba, vierte una buena cantidad de vinagre blanco en una bolsa de plástico (lo suficiente para sumergir completamente la boquilla de la ducha) y átala para dejarla en remojo toda la noche. Retírala por la mañana y deja correr el agua para aclararla.
Limpieza de la cortina o las puertas de la ducha
Los gérmenes de la alcachofa de la ducha (y de tu cuerpo) pueden permanecer en la bañera.
Pon las cortinas y los revestimientos de plástico en la lavadora con tu detergente habitual y algunas toallas viejas, que ayudan a eliminar los restos de jabón y el moho. Vuelve a colgarlas para que se sequen.
Para las puertas de la ducha, haz una pasta añadiendo unas gotas de vinagre blanco destilado a una taza de bicarbonato de sodio, aplícala directamente sobre la puerta (es agradable y espesa, así que se pegará). Deja que repose durante una hora y luego frota con un paño de microfibra. Aclara y seca con un paño de microfibra fresco y seco.
La bañera es menos problemática: un lavado semanal suele ser suficiente. Pero para conseguir un brillo extra, llénala de agua caliente y escúrrela. Aplica un limpiador de baños y déjalo reposar durante 15 minutos antes de fregar.
Para mantenerlo, limpia la condensación de todas las superficies después de la ducha y deja la ventana abierta durante una hora al día para reducir el nivel de humedad de la habitación.
Actualiza los azulejos sucios
La cal es porosa y muy susceptible a la proliferación de bacterias.
Sumerge un cepillo para lechada en lejía pura y frota las zonas descoloridas; aclara bien. Asegúrate de ventilar la habitación.
Sella la lechada cada 6 meses para evitar que la humedad y la suciedad se infiltren.
Limpieza de mobiliarios, paredes y techos del baño
Los jabones (y la suciedad y las células de la piel que desprenden) dejan una película microscópica.
Rocía el mobiliario, las paredes y el techo con un limpiador multiuso y abre la ducha, abriendo el agua caliente hasta que se forme vapor (unos cinco minutos).
Cierra el agua, cierra la puerta al salir y deja que el vapor y el limpiador se mezclen durante 20 minutos. A continuación, limpia todas las superficies con un paño limpio. Para llegar a los puntos altos, utiliza una mopa de microfibra limpia y seca. Limpia también el suelo de baldosas, pero sólo cuando hayas terminado el resto del trabajo sucio.
Para minimizar las marcas de agua en las baldosas de cerámica, aplica una capa de cera para coches una vez al año. El agua se acumulará y saldrá rodando. La pintura resistente al moho también puede ayudar en las paredes y techos sin revestimiento.
Limpieza del sanitario
Cada descarga del inodoro, vista a cámara lenta, se parece a un espectáculo de fuegos artificiales. Y como los gérmenes permanecen en la taza incluso después de tirar de la cadena, las bacterias, como la E. coli y la salmonela, pueden volar en el aire y aterrizar en el asiento, el mango y otras superficies.
Vierte una taza de bicarbonato de sodio en la taza. Déjalo reposar unos minutos, cepilla y tira de la cadena. ¿Sigues viendo manchas? Una piedra pómez húmeda es lo suficientemente abrasiva para eliminar las manchas de cal y depósitos minerales, pero lo suficientemente suave para no dañar las superficies.
En caso de acumulación extrema de suciedad (o de temor agudo a la limpieza del inodoro), invierte en una pequeña lavadora eléctrica a presión de uso ligero. Te permitirá limpiar las zonas de difícil acceso, como los puntos en los que las bisagras se unen al asiento, desde una distancia segura. Empieza con el nivel más bajo y te sorprenderá lo que sale.
Cierra la tapa cuando tires de la cadena y utiliza el ventilador (aspira las bacterias antes de que se asienten). Empieza ahora si aún no guardas los cepillos de dientes y las lentillas dentro del botiquín.